2 marzo 2013
Crónica de Celso 'Komepiedras' Fernández:
Transgrancanaria. Crónica de un pinchazo.-
Escribo esta crónica con un sabor agridulce, por un lado los maravillosos días de vacaciones en la isla, descubriendo rutas y playas hasta ahora desconocidas en compañía de Mónica, y por otro el haberme tenido que retirar de la carrera por una serie de infortunios...
Sabía que iba a ser duro y para eso intenté prepararme de la mejor forma posible desde meses atrás en los cortos días de invierno , en condiciones de oscuridad y soledad entre semana, poco tiempo disponible y mal tiempo en la sierra para poder entrenar en desniveles y tiradas largas. Además una semana de parón por un gripazo en enero y el remate en la primera salida a la sierra con Alberto Jaén un costalazo en el hielo me deja sin respiración y sin entrenar otras casi 3 semanas.
Aún así afronto con optimismo la prueba, poco a poco recupero la forma perdida: tiradas largas de 28 km en Casa de Campo y Campo Real, salidas alternas con el Culmen a la montaña.
Finaliza la cuenta atrás y llegamos a la isla una semana antes de la prueba, buenas cenas y desayuno en el hotel en Agaete (quizás demasiado copiosas por mi parte) y paseos por la sierra cercana al pinar de Tamadaba con bañito en las piscinas naturales próximas al hotel. El agua fresquita, como corresponde a febrero (en Madrid ahora mismo nieva).
El viernes por la mañana noto que algo no va bien; en la subida a los acantilados cercanos a Agaete noto una flojera en las piernas, me encuentro extrañamente cansado y mis piernas pesan mas de la cuenta, Mónica va delante en la cuesta, ¡debería estar como un toro justo hoy!, casi no como, sólo un fruto de un cactus local que aquí llaman tuno, decidimos ir a darnos un baño a la piscina del hotel y hago unos largos.El agua está muy, muy fría, pero sólo creo es al principio, llego al hotel y comienzan las tiritonas y escalofríos, no puede ser, ¿justo hoy? Me acuesto con intención de dormir una siesta y recuperarme, todavía quedan muchas horas para las 00:00, hora de inicio de la carrera, pero es imposible.
Mónica me trae una manzanilla y un acuarius de litro,intento vomitar, no consigo echar nada solido pero me encuentro más aliviado, pero la acidez persiste y nada parece aliviarla.
Comunico a todo el mundo mi decisión de no empezar: No se pueden hacer 119 km con 7000 m D+ sin estar bien al 150 % pero después de cenar dieta blanda (un arrocito y pescado a la plancha y otra manzanilla) me encuentro mejor.
Los mensajes de todos vosotros casi me hacen llorar y me renovaron las fuerzas, decido tras una lucha interior que no puedo irme sin intentarlo.
Son las 23:00 h en el puerto, empieza el gran espectáculo que algunos de vosotros ya conocéis: cañones de luces, música, animadores, globos, entrevistas a las estrellas del evento, (saludo a Miguel Angel Heras) y mucho, mucho comepiedras, mis ojillos y los de Mónica un poco mas cerrados de lo que deberían por el cansancio y la preocupación.
Comienza el pistoletazo de salida, la danza de frontales y luces traseras de los corredores. A los pocos minutos una linea de luz sube hasta lo más alto, repito parte del entreno que ya había corrido el martes pasado.
En esta primera parte de 10 km subimos mas de 1200 m de desnivel lo que supera las pruebas de kilómetro vertical, mucho calor al salir que es enfriado por el aire frío de las primeras cumbres.
Corremos por el pinar de Tamadaba. Alcanzo mi primer avituallamiento llevando mucho más peso del necesario: me sobra un litro de agua en el camel back, además del Aquarius que llevo en los bidones, peso innecesario ya que en esta primera parada podemos reponer agua y bebida con sales. Poco a poco llegamos al pueblo de Artenara y nos toca un tramo de bajada técnica con mucho polvo e iniciamos la segunda subida hacia Roque Bentayga, aquí me encuentro a unos cuantos corredores que se paran y a otro, que como yo, tiene problemas estomacales, ha intentado vomitar y no asimila lo que bebe, se llama Juan, el dorsal 46 y coincidiríamos nuevamente en Roque Bentayga , y con Peter un corredor Sueco.
Nos dice que le podían bajar al hospital de Tejeda, pero las constantes son normales (no ha perdido sangre, no tiene ninguna fractura, así que a esperar).
El coche de la des-organización en este caso, no llega y llamo de nuevo, me dicen que no saben cuando podrán recogernos con una ambigüedad desesperante en condiciones de frío, viento y lluvia (una de las cosas que menos me gustaron en contraposición a la gran amabilidad del resto de la gente), así que corto por lo sano, no podíamos esperar mas con el fuerte viento y la lluvia pese a estar con la camiseta técnica, chubasquero y envuelto en la manta térmica que esta vez si sirvió para algo. Llamo a Mónica, es una putada despertarla antes de amanecer y hacerla conducir en mitad de la lluvia y niebla pero nos vamos a quedar congelados.
Aparece poco después de que amanezca y llevamos a nuestros compañeros Juan y Peter a Las Palmas por unas carreteras sinuosas en las que nos toca parar tres veces porque Juan se marea.
Volvemos a Agaete al hotel y duermo un par de horas. No consigo dormir gran cosa. El sábado poco a poco se agota con una sensación de sueño y neblina. Mónica también esta muy cansada. Nos acercamos por la tarde a una cala cercana a pasear y hacer unas fotos.
Al poco nos vamos enterando que la lluvia y parte del temporal y la dureza de la prueba ha hecho que muchísima gente abandone.
No es un consuelo, espero poder acabarla algún día.
Algunas consideraciones:
Es una prueba muy, muy dura, todo entreno es insuficiente. La preparación al ser en invierno se hace muy difícil.
No bajéis la guardia. En cuanto al problema del estomago es un problema puntual, que espero no se repita, quizás hay que cuidar más la dieta antes de la carrera y saber que no siempre se gana a la primera.
©Celso 'Komepiedras'
ANEXO
Así se vivió el evento en las Redes Sociales ...una EXCLUSIVA de ©RunnerChef :-))
