Crónica de nuestra RdB MÓNIKA:
Hola a todas y todos. lo primero y principal gracias mil a todos por vuestras felicitaciones, así da gusto correr y dedicarse al noble arte de como lo llamaría mi madre "buscar el tropezón", o lo que es lo mismo, hacer deporte.
Quiero hacer una pequeña crónica de la maratón de Barcelona porque aunque he corrido ya muchas, esta ha sido de lejos la más especial. los que me conocéis sabéis que no soy muy dada a las moñeces, pero hoy me lo salto y voy a compartir mi experiencia. (NOTA: DE AQUI PA'BAJO EMPIEZAN LAS MOÑECES. AUN ESTÁIS A TIEMPO DE NO SEGUIR LEYENDO)
Llevo así como 4 años intentando bajar de 4 horas sin éxito, unas veces he abandonado y otras simplemente he cruzado la meta cuando ya andaban de recogida e incluso cuando ya le habían echado el cierre al arco de llegada (esto es tan cierto como descorazonador). La hazaña estaba prevista para noviembre del año pasado, en el maratón de Zaragoza, pero en le kilómetro 28, cuando me tocaba darle la vuelta a una rotonda en la casa de cristo, pasaba por allí un coche y sin darme cuenta, me paré, saqué a pasear el dedo de hacer auto-stop y me cogió, me llevó a la meta y allí vi como llegaban los grandes (Celso y Diesel), e incluso acompañé a Celso los 2 últimos kilómetros. el público me animaba más que al pobrecillo y a mi se me caia la cara de vergüenza, pero a lo hecho...
Me propuse volver a intentarlo en Barcelona. entrené como una jabata y en febrero me cogió la crisis o lo que se conoce como el "¿y pá qué?". amenacé a amigos y conocidos con mi inminente retirada, me hicieron poco caso o ninguno (ser yayos les da la ventaja de la experiencia), así que con mucho esfuerzo superé el asco por hipotecar todas las mañanas de mis fines de semana en pasar un frío infinito por la casa de campo y volví a correr y a ilusionarme.
A 2 días del maratón (el 5 de marzo) me resbalé en el tren y por no caerme me hizo un raro la espalda y me quedé fija en lo que yo llamo la postura de "buscar el duro". llegué a casa y me hinché a llorar y a valiums. al dia siguiente el día se me fue en dormitar y en ver si podía pasar de buscar el duro y mirar a la gente a la cara y no a las espinillas. Celso, Diesel y Jorge (otro crack al que espero conozcais algún día) no decían nada y me daban todo el cariño que sabian que necesitaba, pero yo sabía que todos dabamos por perdida la posibilidad de tomar la salida.
El día de la carrera seguía igual pero hice todo lo que hacían ellos, me vestí me subí al coche y me fui a mi cajón de las 4 horas. me abrazaron y me desearon toda la suerte del mundo. empezamos a correr y aunque iba doblada, poco a poco se calentaron los lumbares y hacia el kilómetro 5 ya estaba más o menos erguida. en el km 8 alcancé el globo de las 4h y entonces me dije que ese día no tenia otra cosa que hacer más que no despegarme de ese globo. y éso hice hasta el km 38 en el que los muy cabrones miraron el reloj y como el que hasta entonces ha ido a la pata coja y decide caminar normal, pegaron el tirón que nos dejó a la gran mayoría clavados en el sitio. vi como se alejaban y es entonces cuando todo el dolor que has estado manteniendo a raya y toda la adrenalina que has estado dosificando durante tantas horas, se descontrolan y te hundes y ahí sólo quedas tú y lo que quieras hacer contigo. está altamente contraindicado pensar en estos casos, así que me dejé llevar por los ánimos de la gente y por una vaga sensación de que la recompensa iba a ser inmensa si no abandonaba. sufrí como nunca, pero cuando ví la meta allá en el infinito supe que ya lo había conseguido. no bajar de 4h, éso no, pero había conseguido volver a querer correr y cobraron sentido las carreras bajo la lluvia, de noche, de amanecida, de resaca, de todo.
Pasé la meta y me colgaron la medalla (snif snif). de subidón moderado me dió por abrazar a todo kiski que se cruzaba por mi camino, pero creo que a nadie le extrañó porque nadie me negó el abrazo. se ve que todos acabamos igual de sedientos de consuelo.
enseguida me puse a buscar a mis co-maratonianos, sin acordarme (infeliz de mí) que habíamos quedado en una papelera que distaba de mí ni más ni menos que 14 escalones, joooooder! NOOOOOO! los subí a cuatro patas (se me olvidó mencionar que la dignidad la dejé atrás porque pesaba demasiado). se quedaron alucinados al verme porque creo que ninguno de ellos pensaba que lo conseguiría, cuando les dije que no había conseguido bajar de 4h, me miraron como si estuviera loca, me abrazaron y besaron. NO CABÍA NI UNA GOTA MÁS DE ORGULLO (NI AGOTAMIENTO) EN MI MENUDO CUERPECILLO.
Bueno, pues ahí queda éso. Espero no haberos aburrido demasiado.
UNA COSA MÁS: aún me queda pendiente bajar de 4h
Besos mil
Mónika
Crónica de nuestro RdB CELSO:
Comenzamos los días previos con la incertidumbre del tiempo, si va a caer el tormentón en toda España, y con los nervios estaré preparado, habré entrenado lo suficiente? He de decir que la mañana fue magnifica y solo se vió ensombrecida por el ataque de ciática de Moni. No se si por los nervios o por la comida, pero salí con el estomago un poco revuelto, lo que me obligó a hacer una parada técnica en un restaurante chino en el km 9 (después de aguantar los retortijones un par de km), pierdo posiciones y el globo de los 3,30 y vuelvo a recuperar fuelle después de la parada. El ambiente es magnifico y la animación en las calles también.
Llego al 21 sin novedad, pasando en 1,42 y las piernas no me pesan mas de lo necesario. El recorrido por la Torre Agbar se me hace un poco mas pesado, ya por el 30 pero Los monumentos compensan luego y la tremenda animación de los kms finales, donde la gente hace pasillos estrechos en los que te ves arropado, al final del 40 la sensación que alguno de vosotros conocéis de que mueves las piernas y no avanzas, sobre todo cuando ves los pilares de la plaza España, a la vez tan cerca y tan lejos.
La sensación cuando cruzas la meta magnifica, lo habíamos conseguido!
Como a Moni: llegar al guardarropa subiendo las ultimas escaleras un suplicio.
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