martes, 24 de septiembre de 2013

Sydney Marathon by Francesco Rosito 2013

22 septiembre 2013

A modo de prólogo:

Hay una excelente "literatura" deportiva sobre los maratones o, más en general, las carreras deportivas. Quizá no haya tanta abundancia a la hora de describir lo que se siente antes del gran día.
Voy a intentarlo.

Nervios.

Poco importa que sea tu primera carrera, o que llevas siglos corriendo: antes de una prueba importante estás nervioso. Mienten la mayoría de los que se proclaman "relajados". Da igual el objetivo que tengas. Que vayas a por tu mejor marca, o simplemente para terminar, estás tenso. Y creo que tiene que ser así, es parte de la prueba.
Consejo: no disimules, asumes tus miedos e incluso compártelos. Verás que no estás solo.

Gana.
Llevas semanas, o incluso meses, con esa fecha en la cabeza. Todos los números que te rodean, parecen tener un objetivo común: recordarte el día de la carrera. La situación empeora considerable en la ultima semana, hasta a convertirse en algo patológico el día anterior.
Consejo: mirar la hora cada 4' no mejorará las cosas, y tampoco acercará la hora de salida.

Deberes.

Aunque hayas entrenado de manera inmejorable, siempre te reprocharás por aquel día, hace 4 meses, en el que te quedaste en casa, y "solo" porque había -7 grados, y 30 cm de nieve. Inadmisible! Imperdonable!
Consejo: si la carrera no te sale como esperabas, créeme, no es por aquel entreno que te perdiste.

Comida.

Tu relación con la comida se ve indudable afectada por la cantidad desorbitada de artículos que has leído hasta el punto que un suculento plato de pasta, se convierte en una mini-colina hecha de hidratos de carbono, carne y pescado en milagrosas fuentes de proteínas, y fruta y verdura... bueno aunque no sepas (o se te haya olvidado) lo que te van a aportar, el especialista dijo que había que incluirlas en tu dieta, y punto. Y tu lo haces.
Consejo: el día previo no hace falta comer como si fueras Pavarotti.

Bebida.

En ese sector se registran diferentes corrientes de pensamiento.
Algunos son muy estrictos: "NO alcohol!".
Otros mas permisivos: "Hay que hidratarse? Venga, otro cubata!".
Consejo: como decían los latinos "in medio stat virtus".

Lesiones.

Pesadilla de todos los que corremos, se convierten en una autentica obsesión, conforme se vaya acercando el X-day, hasta el punto que incluso ese dolor muy muy pequeño (tan pequeño que casi no es dolor) que te afecta la zona del meñique, llega a poner en duda tu presencia para el gran evento. O por lo menos le añade un toque de épica en caso de terminar.
Consejo: aunque no te lo creas, estás bien.

Pequeños detalles:

Los cuidamos como si desde ellos dependiera ganar o no la medalla de oro.
"Igual las zapatillas no estén bien abrochadas".
"Esa camiseta mejor no llevarla, que tiene una costura muy fea".
"Me depilé las piernas, a ver si deslizo mejor".
Consejo: lo verdaderamente importante es lo siguiente: dorsal+chip+sentido común.

Marca.

(Casi) todos tenemos un tiempo enmarcado en nuestra cabeza, pero nos cuesta mucho admitirlo. Por muchos que digamos "me conformo con terminar", o "me vale cualquier cosa", en realidad queremos alcanzar nuestro objetivo. Lógico. A una condición. Si la marca se convierte en la razón principal para la que vas a correr, te puedes llevar unos disgustos muy, pero muy, grandes.
Consejo: en medida de lo posible, intenta disfrutar de todo lo que rodea el evento: gente, ambiente, vistas, animación, etc. Una carrera es mucho mas que "correr".

Clima.

Está científicamente demostrado que independientemente de que haya sol, humedad, viento, lluvia, niebla, o cualquier otro elemento, eso te ha indudablemente desfavorecido.
Consejo: no es por eso que no batiste el récord del mundo.

Propósitos.

"Tras esa carrera voy a realizar un parón para reponer, descansar y recargar las pilas". MENTIRA DESCOMUNAL!
Consejo: un par de semanas mas suaves son muy recomendable.

Hay muchos más puntos sobre los que se podría debatir, pero como sólo me quedan 4 horas para intentar aplicar esas teorías a mi mismo, me voy a la cama, seguro de que voy a dormir muy poco, pero má tranquilo por compartir (de manera virtual) esas horas previas con mis amigos de RdB.

Saludos desde las antípodas.

Crónica del Maratón de Sydney 2013

Crónica de un maratón down under.

Hora 4:20 de la mañana, unos minutos antes que el despertador cumpla con su tarea, me despierto y a las 4:21 arranca el ritual pre-maratoniano.

Por cuarta vez me enfrentaré los 42,195 km, y creo que hay cosas a las que jamás me acostumbraré. Lo de madrugar, por ejemplo, no me gusta nada, pero, por suerte, la abundante dosis de adrenalina que circula sin frenos por todo el cuerpo desde hace unas horas, hace que el cansancio sea mas virtual que real.

Desayuno, ducha, protección solar, equipación de los RdB, mucha agua, el tiempo de revisar la mochila (unas 27 veces por lo menos) y fuera.

A las 5:30 de la mañana hace bastante fresco (11/12 grados), así que la decisión de llevar una sudadera se revela un gran acierto. El primero del día.

En los 10' que me separan desde Central Station veo otros runners. Unos tranquilos, otros medio dormidos, otros mas tensos que una cuerda de violín. Yo creo que podría encajar perfectamente en las ultimas dos categorías.
Empiezo a escuchar algo de música, y la magia sonora de los Sigur Ros apacigua el corazón que empieza a latir algo más despacio.
Mas tarde tocará escuchar otro tipo de música.

En las 3 paradas que me separan desde Milson Point (punto de salida), cruzo la mirada con otros corredores: nunca me cansaré de la "complicidad silenciosa" que se genera entre aficionados a las carreras populares. Unas miradas que valen mas de mil palabras.

Como diría Heráclito, «Panta rei» (todo fluye), con orden y disciplina.
No tardo ni medio segundo en dejar la mochila. Mas complicado lo de utilizar los servicios. A falta de una hora ya estoy listo para la salida, ahora sólo tengo que...matar esa hora de interminable espera.

¿Calentar? ¿Para qué? En un maratón suelo calentar en los primeros kms de carrera.
¿Estirar? Nunca lo hago antes, ¿para que voy a empezar justo hoy?
Al final decido darme un paseo para familiarizar con la zona de salida, y mientras estoy por ahí, abren las puertas. El instinto me lleva a meterme así que por primera vez saldré muy por delante. Segundo acierto.

Los profesionales se sitúan en frente de nosotros comunes mortales, el ambiente es muy agradable, el GPS preparado y mientras le doy al "play" (primera canción de la playlist "Running", "Ready to start" de los Arcade Fire), escucho el pistoletazo. ¡POR FIN!

Por muy nervioso que pueda estar antes de una prueba, en cuando empiece a correr, vuelvo a mi tranquilidad habitual.

Nada mas empezar cruzamos el Harbour Bridge, uno de los emblemas de la ciudad. El otro símbolo, el Opera House, conseguiré verlo solo en caso de terminar la prueba, ya que allí está situada la línea de meta. Una motivación extra, por si hiciera falta.

Los primeros kilómetros de recorrido no parecen ser muy duros, y disfruto al transitar por lugares como Hyde Park (prefiero el de Londres, pero este, aunque mucho mas pequeño no está nada mal) y Oxford Street (emblema de la vida nocturna de la ciudad), pero entre el km 7 y 8 suena la primera alarma. Y por un doble motivo:
1) me duelen las costillas de lado izquierdo
2) me entero de que estoy pisando demasiado sobre el acelerador.

El primer problema se soluciona en breve, el segundo no. El cerebro no consigue conectarse con las piernas y el paso a los 10km en 42' me lleva a la conclusión de que si no bajo el ritmo, tarde o temprano acabaré la gasolina y no la prueba.

Al km 11, tras numerosos intentos, cerebro y piernas vuelven a hablarse. Será el aire de casa (paso a 200m de donde vivo), será el recuerdo de experiencias pasadas, será por las canciones de los Arctic Monkeys, pero por fin consigo aflojar un poco. Aunque sienta que todavía no es suficiente (el banderín de los pace-makers que marca "3h" sigue estando allí a tiro), estoy tomando la dirección correcta: la gestión del esfuerzo está gradualmente derrotando el afán de superación. Tercer acierto.

Hasta el km 29 corro "en casa". Mi maratón se ha generado en largas sesiones a obscuras entre Moore y Centennial Park, conozco cada centímetro de esos parques, y me encanta saber que hasta el fatídico muro de los 30, tenga una pequeña (virtual) ventaja. Un solo inconveniente: convencer a mi vejiga de que se tiene que aguantar hasta el final.

En mi ultimo maratón, hace ya 3 años, los problemas empezaron en el km 27. No soy supersticioso, pero temo que algo pueda pasar, cuando de repente, justo después del km 29, veo mi compañero de piso Matt, que ha venido a animarme, aunque le hayan operado hace unos días. En una carrera donde la cabeza hace la diferencia, ese momento es clave para mi. El cumplió con su promesa. Ahora me toca a mi.

Dejamos atrás la zona de los parques para volver en el CBD, y con los Audioslave ("Be yourself" y "Like a stone") que ceden el paso a los veteranos del rock Bob Dylan ("Hurricane") y Bruce Springsteen ("Born to run"), me entero de una cosa: "el muro" ya está a mis espaldas y esta vez, en lugar de chocar contra ello, he rebotado cogiendo incluso mas fuerzas como en uno de esos videojuegos de cuando era pequeño.

El último gran obstáculo son unas cuestas bastante duras situadas entre el km 35 y el 37 en el barrio de Pyrmont. Debido al calor y al esfuerzo, muchos se desploman, y algunos se desmayan. Mi antídoto contra esas escenas impactantes son "mis amigos" Franz Ferdinand, Iggy Pop, Incubus, James Brown, Kiss, Muse, Killers, Strokes, sin olvidarse de los Rolling Stones.
Es gracias a ellos (y algún otro más) que consigo aislarme de lo que me rodea y centrarme sólo y exclusivamente en mi pisada. Cuarto acierto.

Debido a unos puentes, el GPS ha dejado de funcionar correctamente desde hace un rato. Mejor. Menos obsesión con los tiempos.

Km 40. Empiezo a saborear la llegada.

Km 41. El público anima como si estuviera llegando alguien importante, mientras tanto, allí, al final de la calle, se ve el Opera House. Esa joya de la arquitectura moderna va a ser el fondo perfecto para un día que difícilmente olvidaré.

Km 42,195. "Ce l'ho fatta! Hecho! Done!" Cuando paso por linea de meta miro de reojo el tiempo: 3h 8' y algunos segundos. No me lo puedo ni creer. Y dentro de lo que cabe estoy bastante bien.


Agua, medalla, fruta, bebidas isotónicas y la necesidad de parar un segundo para organizar mis ideas. Hay unos amigos que han venido a verme. No se como agradecerle ese detalle. Pero antes de volver a las normales relaciones sociales necesito unos minutos de soledad. Así soy yo.
Pienso en toda la veces que dije "no, hoy no puedo salir", "cerveza? no gracias, para mi una botella de agua". Pienso en lo días en los que no me apetecía entrenar, pero fui igual. Pienso en toda la lluvia, el viento y el barro del invierno. Pienso en toda la gente que comparte conmigo esa pasión/enfermedad, y esbozo una sonrisa cansada pero autentica.


Hay decenas de personas a los que me gustaría mencionar. El Presi Alberto y Santi que en ningún momento han dejado de seguirme y animarme, al igual de Jose y Ricardo, los veteranos "Diesel" y Celso por lo que me han enseñado, Manu y Brian con los que pude compartir kms y unos cuantos chupitos de ron, Côme que me ha acompañado en muchos entrenamientos por las calle de Sydney, la "Joya venida dal Norte" Ida, pero, sin que nadie se ofenda, este maratón se lo dedico sobre todo a una persona: Javi.

Junto a él corrí mi primera carrera (Maratòn de Madrid 2008). Con él (a parte del Presi y Manu) fuimos a Santa Pola, (enlace a foto) donde nació de facto lo que ahora es RdB. Gracias a él (¿te acuerdas de la apuesta?) bajé de 3h y media en un maratón (Madrid 2009).
Incluso ahora que nos separan miles de kilómetros, hay como un hilo invisible que nos une y nos lleva a correr en el mismo día dos maratones distintos en lugares tan remotos.
Del Javi (Tri) atleta sabemos mucho, pero es en su faceta personal donde encuentro lo mejor de él. Tranquilo, amable, educado, generoso. Pocas palabras, muchos hechos. Para mi todo un ejemplo.

Eso va por ti amigo.

Besos y abrazos para tod@s l@s RdB.



3 comentarios:

  1. Sublime, sublime y sublime y me quedo muy corto.
    He podido leer decenas de crónicas de maratones y he escrito ya en torno a 5 pero esta tuya ES LA MEJOR de todas con diferencia mayor a la distancia que ahora mismo nos separa.
    Y no es por adular gratuitamente, es la verdad.
    Un abrazo enorme desde las Antípodas de Madrid a las Antípodas de Sydney
    :) :) :)
    Alberto 'RunnerChef'

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  2. De pocas cosas puedo estar en la vida orgulloso, pero esta es sin duda una de esas pocas. La amistad siempre por encima de todo, gracias Francesco, esta cronica es de las que perduran, espero que la suerte nos respete y podamos volver a compartir otra maraton(te rectifico ahí, tu primera maraton fue en 2009 y la segunda en 2010,porque tu primera maraton fue mi segunda).

    Un abrazo amigo y sigue siendo como eres!!!

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